Si me ves cansada fuera del sendero
ya casi sin fuerzas para hacer camino
si me ves sintiendo que la vida es dura
porque ya no puedo, porque ya no sigo
Van a recordarme como es un comienzo
ven a desafiarme con tu desafío
muéveme en el alma, llévame al impulso
llévame a mi misma
Yo sabré entonces encender mi lámpara
en el tiempo oscuro, entre el viento frío
volveré a ser fuego desde brasas quietas
que alumbre y reviva mi andar peregrino
Vuelve a susurrarme aquella consigna
del primer paso para un principio
muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído
Si me ves cansada fuera del sendero
sin ver más espacios que el de los abismos
trae a mi memoria que también hay puentes
que también hay alas que no hemos visto
Que vamos armados de fe y de bravura
que seremos siempre lo que hemos creído
que somos guerreros de la vida plena
y todo nos guía hacia nuestro sitio
Y que un primer paso, y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, estremece,
deshoja y retoña, pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante
es aquel que cubre nuestro pie extendido.
Si me ves cansada fuera del sendero,
solitaria y triste, quebrada, herida.
Siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo.
Y dime . . . ¡SE PUEDE!,... e insiste,
¡SE PUEDE!,
Hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y, tal vez, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nueva y decidida.
Que la unión es triunfo
cuando hombro con hombro vamos,
¡sí, se puede!, con el mismo brío.
Si me ves cansada fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino.
Hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
de un paso tras otro por donde has venido.
Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abriré otro rumbo porque sí he creído,
QUE SIEMPRE SE PUEDE...
¡se puede,mi amigo!
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