Despertamos juntos?

19 de febrero de 2011

Imaginación y equilibrio.


"En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. " (A.Einstein)


Imaginación y percepción.

Según David Hume, la diferencia principal entre lo percibido y lo imaginado estriba en el grado de viveza; las imágenes pensadas son débiles copias de las percepciones originales. Según este concepto, lo imaginado es una representación o un eco de lo percibido. La imaginación será, pues, un recuerdo de las huellas dejadas en la memoria por las percepciones. Se ha observado que las personas a quienes se les ha amputado un miembro conservan la sensación y la imagen de dicho miembro y que los artistas que pierden un sentido todavía son capaces de describir los objetos con gran viveza.

Beethoven continuó imaginando y oyendo música después de quedarse sordo. Los centros nerviosos parecen poseer la capacidad de acumular percepciones. El fenómeno de las llamadas imágenes accidentales parece ser una manifestación similar a la imaginación como un reflejo de la percepción. Las impresiones recibidas por nuestros sentidos pueden persistir con su viveza original después de pasar el estímulo sensorial. La imagen accidental o percepción persistente puede ser "positiva" como prolongación de la impresión original, o "negativa" que transforma los colores en el espectro complementario.

La imagen accidental negativa del disco solar es negra, el rojo cambia a gris, etc. Es un simple proceso sensorial distinto del fenómeno de lo "déjà vue" (lo ya visto), que experimentan algunas personas y que consiste en un intenso sentimiento de haber vivido ya anteriormente una experiencia actual. Este fenómeno que se supone es de origen encefálico, no ha sido explicado todavía satisfactoriamente.

Los distintos fenómenos de la imaginación, la repetición de la percepción, la combinación, la disociación, la animación y la movilización, tendrían, en una teoría de la actividad orgánica, un común denominador que indicaría los propósitos generales de la imaginación. La imaginación se representa frecuentemente cosas que nos faltan.

El pobre imagina ser rico, el enfermo sano, el aislado que está en compañía, etc. En realidad, la imaginación está básicamente relacionada con la realización de deseos. Sin embargo, no sólo tenemos fantasías en las que somos el héroe triunfador, sino otras en las que somos el héroe derrotado y los sueños de miedo, angustia y terror son casi tan frecuentes como los placenteros. ¿Puede esto ser realmente explicado por una perversión del deseo como afirma el psicoanálisis?

Los sueños, como Freud dejó establecido, son guardianes del reposo. Si suena la campana del despertador, podemos soñar que llaman a otro, con lo que podemos permitirnos continuar en el placentero estado de relajación. Los sueños, como la imaginación en general, provocan un estado de equilibrio. Una persona con la imaginación llena de deseos se compensa de las cosas que le faltan y de sus deficiencias. El imaginar temor y sufrimiento puede servir, en tres formas, para restablecer el equilibrio: primero como descarga, desechando la ansiedad como el organismo vomita un veneno. Segundo, como integración de un elemento "extraño". La repetición de sueños con experiencias traumáticas o de accidentes durante la guerra puede servir para atenuar su carácter abrumador haciendo que nos familiaricemos con él. Tercero, los sueños de angustia pueden servir como estímulos cuando la gente se enfrenta en la realidad con labores difíciles, porque comparadas con las terribles dificultades experimentadas en sueños, las de la vida cotidiana parecen más pequeñas.

El pensamiento se enfrenta con las limitaciones de la realidad y por ello muchos pensamientos deben ser eliminados a fin de mantener el organismo en equilibrio con la sociedad. La imaginación, independiente de las limitaciones sociales, establece el equilibrio permitiéndonos cierta libertad. Sin embargo, la imaginación parece constituir, generalmente, un compromiso para establecer el equilibrio entre los estímulos de fuera y los de dentro.

La tendencia al equilibrio aparece en todas las funciones biológicas, estimulando la interacción, la regeneración y la defensa. Aparece igualmente en el mundo físico y el concepto de la unidad del organismo abarca los procesos físicos, biológicos y psíquicos pareciendo indicar que la tendencia al equilibrio es también la base de las propiedades más importantes de la mente.


Nombre: Eduardo Raymundo Ramos Plaza.
Carrera Técnica: Programador Analista.
Estudios: Pasante de la Lic. en Psicología en la FES Iztacala, UNAM.

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