Despertamos juntos?

11 de octubre de 2011

TODOS SOMOS ESPEJO

Por Deepak Chopra

Todos somos extensiones del campo universal de energía, distintos puntos de vista de una única entidad. Esto implica ver todas las cosas del mundo, a todas las personas del mundo, y darnos cuenta de que estamos mirando otra versión de nosotros mismos. Tú y yo somos lo mismo. Todo es lo mismo.

Todos somos espejos de los demás y debemos aprender a vernos en el reflejo de las
demás personas. A esto se llama espejo de las relaciones. A través del espejo de una relación, descubro mi yo no circunscrito. Por esta razón, el desarrollo de las relaciones es la actividad más importante de mi vida. Todo lo que veo a mi alrededor es una expresión de mí mismo.

Las relaciones son una herramienta para la evolución espiritual cuya meta última es la unidad en la conciencia. Todos somos inevitablemente parte de la misma conciencia universal, pero los verdaderos avances tienen lugar cuando empezamos a reconocer esa conexión en nuestra vida cotidiana.

Las relaciones son una de las maneras más efectivas para alcanzar la unidad en la conciencia, porque siempre estamos envueltos en relaciones. Piensa en la red de relaciones que mantienes: padres, hijos, amigos, compañeros de trabajo, relaciones amorosas. Todas son, en esencia, experiencias espirituales. Cuando estás enamorado, romántica y profundamente enamorado, tienes una sensación de intemporalidad. En ese momento, estás en paz con la incertidumbre. Te sientes de maravilla, pero vulnerable; sientes cercanía pero también desprotección. Estás transformándote, cambiando, pero sin miedo. Te sientes maravillado. Ésa es una experiencia espiritual.

A través del espejo de las relaciones, de cada una de ellas, descubrimos estados prolongados de conciencia. Tanto aquellos a quienes amamos como aquellos por quienes sentimos rechazo, son espejos de nosotros. ¿Hacia quiénes nos sentimos atraídos? Hacia las personas que tienen características similares a las nuestras, pero eso no es todo. Queremos estar en su compañía porque subconscientemente sentimos que al hacerlo, nosotros podemos manifestar más de esas características. Del mismo modo, sentimos rechazo hacia las personas que nos reflejan las características que negamos en nosotros. Si sientes una fuerte reacción negativa hacia alguien, puedes
estar seguro de que tú y esa persona tienen características en común, características que no estás dispuesto a aceptar. Si las aceptaras, no te molestarían.

Cuando reconocemos que podemos vernos en los demás, cada relación se convierte en una herramienta para evolución de nuestra conciencia. Gracias a esta evolución experimentamos estados extendidos de conciencia.

La próxima vez que te sientas atraído por alguien, pregúntate qué te atrajo. ¿Su belleza, gracia, elegancia, autoridad, poder o inteligencia? Cualquier cosa que haya sido, sé consciente de que esa característica también florece en ti. Si prestas atención a esos sentimientos podrás iniciar el proceso de convertirte en ti más plenamente.

Lo mismo se aplica a las personas hacia las que sientes rechazo. Al adoptar más plenamente tu verdadero yo, debes comprender y aceptar tus características menos atractivas. La naturaleza esencial del Universo es la coexistencia de valores opuestos. No puedes ser valeroso si no tienes a un cobarde en tu interior; no puedes ser generoso si no tienes a un tacaño; no puedes ser virtuoso si no tienes la capacidad para actuar con maldad.

Gastamos gran parte de nuestras vidas negando este lado oscuro y terminamos
proyectando esas características oscuras en quienes nos rodean. ¿Has conocido personas que atraigan sistemáticamente a su vida a los sujetos equivocados? Normalmente, aquéllas no comprenden por qué les sucede esto una y otra vez, año tras año. No es que atraigan esa oscuridad; es que no están dispuestas a aprobarlas en sus propias vidas. Un encuentro con una persona que no te agrada es una oportunidad para aceptar la paradoja de la coexistencia de los opuestos; de descubrir una nueva faceta de ti. Es otro paso a favor del desarrollo de tu ser espiritual. Las personas más esclarecidas del mundo aceptan todo su potencial de luz y oscuridad.

Cuando estás con alguien que reconoce y aprueba sus rasgos negativos, nunca te
sientes juzgado. Esto sólo ocurre cuando las personas ven el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, como características externas.

Cuando estamos dispuestos a aceptar los lados luminoso y oscuro de nuestro ser, podemos empezar a curarnos y a curar nuestras relaciones. Todos somos multidimensionales, omnidimensionales. Todo lo que existe en algún lugar del mundo también existe en nosotros. Cuando aceptamos esos distintos aspectos de nuestro ser, reconocemos nuestra conexión con la conciencia universal y expandimos nuestra conciencia personal.

Las características que distinguimos más claramente en los demás están presentes en nosotros. Cuando seamos capaces de ver en el espejo de las relaciones, podremos empezar a ver nuestro ser completo. Para esto es necesario estar en paz con nuestra ambigüedad, aceptar todos los aspectos de nosotros. Necesitamos reconocer, en un nivel profundo, que tener características negativas no significa que seamos imperfectos. Nadie tiene exclusivamente características positivas. La presencia de características
negativas sólo significa que estamos completos; gracias a esa totalidad, podemos acceder más fácilmente a nuestro ser universal, no circunscrito.

Una vez que puedas verte en los demás, será mucho más fácil establecer contacto con ellos y, a través de esa conexión, descubrir la conciencia de la unidad. Éste es el poder del espejo de las relaciones.
¿Cómo fue que la creencia en la realidad única se vino abajo? Había una alternativa que también colocaba a cada individuo en el centro de su propio mundo. Sin embargo, en vez de incluirlo lo hacía sentir solo y aislado, impulsado por el deseo personal y no por una fuerza vital compartida o por la comunión de las almas. Es la opción a la que llamamos ego, hedonismo” ley del karma o -para usar un lenguaje religioso- expulsión del paraíso. Ha penetrado hasta tal grado nuestra cultura que seguir al ego no parece ya una elección. Desde niños hemos sido educados en la norma del “primero yo, después yo y finalmente yo”. La competencia nos enseña que debemos luchar por lo que deseamos. La amenaza de otros egos -que se sienten tan aislados y solos como nosotros-, está siempre presente: nuestros planes podrían frustrarse si alguien se nos adelantara.
Mi intención no es censurar al ego ni responsabilizarlo de que las personas no sean felices, sufran o no encuentren su verdadero yo, a Dios o al alma. Se dice que el ego nos obnubila con sus exigencias, avaricia, egoísmo e inseguridad interminables, lo cual es un punto de vista común pero errado. Lanzarlo a la oscuridad, convertirlo en enemigo, sólo agudiza la división y la fragmentación. Si sólo existe una realidad, debe abarcar todo. Excluir al ego es tan imposible como suprimir el deseo.
La decisión de vivir en aislamiento originó un género especial de mitología. En todas las culturas se habla de una edad de oro enterrada en un oscuro pasado. Este relato de perfección degrada a los seres humanos, quienes creyeron que eran defectuosos por naturaleza, que todos portamos la marca del pecado, que Dios no mira con buenos ojos a estos hijos descarriados. El mito da a una elección la apariencia de designio. La separación cobró vida propia, pero ¿desapareció la posibilidad de la realidad única?
Para reconquistar la realidad única debemos aceptar que el mundo está en nosotros. Este secreto espiritual se basa en la naturaleza del cerebro, cuya función es crear el mundo en todo momento. Si tu mejor amigo te llama por teléfono desde Tíbet, el sonido de su voz es una sensación en tu cerebro; si se presenta en tu casa, su voz seguirá siendo una sensación en la misma parte de tu cerebro, y lo mismo ocurrirá cuando tu amigo se haya ido y su voz resuene en tu memoria. Una estrella en el cielo parece lejana aunque también es una sensación en otra zona de tu cerebro. Por tanto, la estrella está en ti. Ocurre lo mismo cuando degustas una naranja, tocas una tela aterciopelada o escuchas a Mozart: toda experiencia se origina en tu interior.
Deepak Chopra - El libro de los secretos

Neuronas Espejo

Identifican neuronas espejo en humanos
Registran por primera vez la actividad de neuronas espejo en humanos, encontrando una mayor complejidad que la observada hasta ahora en monos. La historia de las neuronas espejo es tan bonita que cuesta no creer en ellas, aunque finalmente no se demostrara su existencia. El concepto de las neuronas espejo se introdujo cuando se analizaba la actividad cerebral en unos monos. Se pudo ver que ciertas neuronas motoras se activan no solamente cuando el mono movía en brazo, sino cuando el mono veía a otro mover un brazo, aunque él no lo hiciera. Parecía que estas neuronas actuaban a modo de “espejo” de las acciones de los demás.
Fuente: http://neofronteras.com/?p=3100
A partir de ahí se empezó a afirmar la existencia de otros tipos de neuronas espejo y se plantearon diversas modelos neurológicos basados en esta idea. Según algunos las neuronas espejo nos harían humanos y estarían detrás de nuestra capacidad de empatía, de sentirnos en la piel de los demás. Estas neuronas serían el mecanismo que nos permitiría “leer” la mente de los demás y solidarizarnos con ellos.
De este modo, el sufrimiento que experimentamos al ver a nuestros semejantes sufrir después de un desastre natural, o incluso los sentimientos que tenemos al ver sufrir al personaje principal de una película dramática, estarían controlados por neuronas espejo. Otro tipo de películas más eróticas quizás funcionen bajo los mismos mecanismos neuronales. Incluso se llegó a proponer que algún tipo de autismo podría estar causado por un mal funcionamiento de este tipo de neuronas.
El problema es que no había pruebas de la existencia de estas neuronas, sólo sospechas de su existencia y pruebas indirectas. Algo que dificultaba la investigación en este campo era la dudosa moralidad de estudiar este asunto mediante el implante de electrodos en el cerebro de personas sanas.
Ahora, en la edición de abril de la revista Cell, Itzhak Fried y Roy Mukamel, de UCLA, dicen haber conseguido registrar por primera vez la actividad de neuronas espejo en el cerebro humano.
Los investigadores registraron la actividad individual y múltiple de las células nerviosas tanto de las regiones motoras del cerebro como de otras regiones relacionadas con la visión y la memoria. Comprobaron que la mayoría de las neuronas respondía solamente a la observación o ejecución de una acción, pero un 8% de ellas respondían a ambos, células que serían precisamente neuronas espejo. Además, mostraron que un subconjunto específico de estas neuronas espejo aumentaban su actividad durante la ejecución de un acto pero su actividad decrecía cuando la acción era sólo observada. Estos investigadores proponen la hipótesis de que la disminución de actividad de estas células durante la observación puede inhibir que el observador realice el mismo acto. Puede que este subconjunto de neuronas espejo nos ayude además a distinguir entre las acciones de los demás y las nuestras.
Los investigadores tomaron sus datos directamente de la actividad cerebral de 21 pacientes que eran tratados en el Ronald Reagan UCLA Medical Center para mitigar su epilepsia. Hubo que implantarles electrodos en el cerebro para identificar el foco de sus ataques de epilepsia para así diseñar un tratamiento. Aprovechando la oportunidad estos investigadores estudiaron las neuronas espejo con el consentimiento de los pacientes.
El experimento incluía tres partes: la expresión facial, agarrar algo y un experimento de control. Se grabó la actividad de 1.177 neuronas en los 21 pacientes mientras que éstos observaban o realizaban las mismas acciones. En la parte de observación los voluntarios observaron varias acciones representadas en la pantalla de un ordenador portátil. En la fase de actividad se pidió a los sujetos que realizaran una acción basada en la representación visual de una palabra. En la tarea de control se presentaban las palabras de la misma manera, pero se les pedía no ejecutar la acción.
Los investigadores encontraron que las neuronas se activaban tanto cuando el individuo realizaba la tarea como cuando la observaba. Las neuronas espejo que efectuaban las respuestas estaban localizadas en el córtex frontal medio y en el córtex temporal. Es la primera vez que se ve a dos sistemas neuronales reflejando respuestas a nivel celular, tanto en monos como en humanos.
El nuevo hallazgo demuestra que las neuronas espejo están localizadas en más áreas del cerebro humano de lo que previamente se creía. Dado que diferentes áreas del cerebro están especializadas en diferentes funciones (en este caso el córtex frontal medio está especializado en la selección de movimientos y el temporal en la memoria), el hallazgo sugiere que las neuronas espejo proporcionan una respuesta rica y compleja al reflejar las acciones de los demás.
Debido a que las neuronas espejo se activan tanto al efectuarse la acción como al ver ésta realizada por los demás, se cree que este reflejo es el mecanismo neuronal mediante el cual las acciones, intenciones y emociones de las personas pueden ser automáticamente entendidas.
Este estudio sugiriere que la distribución de estas células, que ligan la actividad de uno mismo con las de los demás, es más amplia de lo que previamente se creía.
Según Mukamel, en el autismo puede estar implicada una disfunción en este tipo de neuronas, pues en este caso los síntomas clínicos incluyen dificultades con la comunicación verbal y no verbal, con la imitación de los otros y problemas teniendo empatía hacia los demás. Por tanto, tener un mejor conocimiento del sistema de neuronas espejos podría ayudar a diseñar estrategias de tratamiento para este desorden.