Despertamos juntos?

14 de febrero de 2010

Plenitud


La felicidad no depende de lo que tengamos guardado, ni aunque se trate de una verdadera fortuna.
La inteligencia y la felicidad no van necesariamente de la mano.
Podemos creer que conocemos todas las respuestas y todavía seguir preguntándonos-cómo alcanzar la felicidad…?
La seguridad material no nos hace sentir felices, sino que es al revés: la auténtica felicidad nos hace sentir seguros…
Y también podemos ser grandes conversadores y tener una vida social muy animada…o ser muy originales y llamar siempre la atención…o hasta podríamos llegar a conseguir que todo el mundo nos considere adorables… y aún así no sentirnos felices.
Es que la felicidad no depende de ninguna de estas cosas. No tiene que ver con posesiones ni relaciones ni talentos.

Es un estado de plenitud que sólo lo podemos encontrar en nuestro interior, el único lugar donde podemos descubrir, para luego compartir, el auténtico y VERDADERO AMOR.

y Luego de haber APRENDIDO A AMARTE A TÍ MISMO...


AMA A TU PRÓJIMO , COMO TE APRENDISTE A AMAR

Conozco tu miseria,
las luchas y tribulaciones de tu alma,
la debilidad y las dolencias de tu cuerpo;
conozco tu cobardía,
tus pecados y tus flaquezas.
A pesar de todo te digo:
Dame tu corazón, ámame tal como eres.

Si para darme tu corazón
esperas ser un ángel,
nunca llegarás a amarme.
Aún cuando caigas de nuevo,
muchas veces, en esas faltas
que jamás quisieras cometer
y seas un cobarde para practicar la virtud,
No te consiento que me dejes de amar.
Ámame tal como eres.

Ámame en todo momento
cualquiera que sea la situación
en que te encuentras,
de fervor o sequedad,
de fidelidad o de traición.
Ámame tal como eres.

Déjate amar. Quiero tu corazón.
En mis planes está moldearte,
pero mientras eso llega,
te amo tal como eres.

Y quiero que tú hagas lo mismo.
Deseo ver tu corazón que se levanta
desde lo profundo de tu miseria:
amo en ti incluso tu debilidad.
Me gusta el amor de los pobres
Quiero que desde la indigencia
se levante incesantemente este grito:
Te amo, Señor.

Lo que me importa es el canto de tu corazón.
¿Para qué necesito yo tu ciencia o tus talentos?
No te pido virtudes.
Y aun cuando yo te las diera, eres tan débil,
que siempre se mezclaría en ellas
un poco de amor propio.
Pero no te preocupes por eso…
Preocúpate solo de llenar con tu amor
el momento presente.

Hoy me tienes a la puerta de tu corazón,
como un mendigo,
a mí que soy el Señor de los señores.
Llamo a tu puerta y espero.
Apresúrate a abrirme.
No alegues tu miseria.
Si conocieras plenamente la dimensión
de tu indigencia, morirías de dolor.
Una sola cosa podría herirme el corazón:
ver que dudas y que te falta confianza.

Quiero que pienses en mí
todas las horas del día y de la noche
No quiero que realices ni siquiera
la acción más insignificante
por un motivo que no sea el amor.
Cuando te toque sufrir yo te daré fuerzas.
Tu me diste amor a mí.
yo te haré amar a ti más de lo
Que hayas podido soñar.
Pero recuerda solo esto:
Ámame tal como eres.

Oración de Carlos de Foucald

1 comentario:

Gloria dijo...

¡Hermoso post que nos señala el camino a la felicidad: AMOR Y ACEPTACIÓN. Gracias.
Un cariño.