Despertamos juntos?

11 de julio de 2010

Geometría Sagrada (importancia )



La importancia de la Geometría Sagrada es la de equilibrar los dos hemisferios del cerebro. Nuestras experiencias meditativas, la intuición y la creatividad ocurren en el hemisferio derecho, que rige lo intuitivo, lo emocional y lo sensitivo y se relaciona con la energía femenina. Nuestro hemisferio izquierdo está vinculado con el pensamiento lógico y matemático. Te doy este ejemplo para ilustrar como trabajan nuestros hemisferios: cuando tenemos alguna experiencias místicas como pudiera ser una meditación, ésta es procesada en nuestro hemisferio derecho haciéndonos sentir en un estado de paz, serenidad y bienestar, pero al salir de este estado y tratar de analizar lo vivido, emerge nuestro hemisferio izquierdo que no está entrenado para involucrarse con la experiencia espiritual y comienza un proceso de pensamiento lógico, el cuestionamiento y se aleja de la vivencia mística, recurriendo a la razón. De esta forma concluimos que la experiencia vivida fue producto de la imaginación porque el pensamiento lógico no consiguió un marco referencial o de información que le diera significado racional a la experiencia interna.

La Geometría Sagrada permite esta sincronicidad de los dos hemisferios ya que la percepción de las imágenes, los colores, las formas, las experiencias místicas y los niveles meditativos que se alcanzan con la contemplación o la realización de dibujos mandálicos, son procesos que se realizan en el hemisferio derecho. Todo lo relacionado con la geometría, que implica matemática, ordenamiento espacial, proporciones, iconografía y razonamiento está procesado por el hemisferio izquierdo. De esta forma el hemisferio izquierdo se involucra con la experiencia mística y no la cuestiona, no la “sabotea”, al contrario, la apoya porque consigue un marco lógico, una comprensión intelectual para explicar estados más sutiles del ser.

En la ciencia vemos como la Geometría Sagrada es la matriz para crear la vida. El ADN, cuya función es la preservación de la vida, tiene una forma helicoidal basada en una espiral de dodecaedros desdoblados. Los patrones geométricos se encuentran en las moléculas de todos los elementos físicos, en las fórmulas químicas, en las ondas de los sonidos…en cada partícula de nuestro complejo universo. Sin la Geometría Sagrada que forma el ordenamiento de los átomos en los elementos como el oxígeno, el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno y el magnesio no existiría la vida como la conocemos.

Cuando activamos conscientemente una serie de proporciones geométricas primas o llamadas “sagradas” en nuestro cuerpo nos sintonizamos con la red geométrica armónica del Universo. En cada punto del cuerpo donde hay energía transmitida o recibida se activan Mandalas tridimensionales, que van cambiando, así como cambian nuestros pensamientos. Por eso se concluye que activando la Geometría Sagrada interior activamos la espiral dorada que ayuda al corazón a expandirse y a conectarse al campo unificado de energía universal que nos permite ser parte de la red global de conciencia.

Las figuras geométricas más sagradas son los cinco sólidos platónicos, el círculo y la espiral.
Los sólidos platónicos son: el tetraedro, el icosaedro, el cubo, el dodecaedro, el octaedro y las espirales: la Áurea y la Fibonacci.

Los sólidos platónicos son llamados así porque Platón fue el primero en estudiar a profundidad su geometría y asignarle características metafísicas. Ellos son la base de la construcción de la materia.
Los sólidos platónicos son formas completamente simétricas que tienen lados y ángulos iguales y que todos caben dentro de la matriz universal que es la esfera.

El Tetraedro tiene 4 caras triangulares, 4 vértices y 6 aristas. Es el símbolo de la sabiduría y la manifestación. Su elemento es el fuego y se asocia con el Chakra del Plexo Solar.

El Cubo o Hexaedro tiene 6 caras cuadradas, 8 vértices y 12 aristas. Es el símbolo de la conexión con la vida y la naturaleza, ratifica nuestros propósitos en el plano físico. Su elemento es la tierra y se asocia con el Chakra Raíz.

El Octaedro tiene 8 caras triangulares, 6 vértices y 12 aristas. Es el símbolo de la integración, de la perfección de la materia por el espíritu. Su elemento es el aire y se asocia al Chakra Cardíaco.

El Icosaedro tiene 20 caras triangulares, 12 vértices y 30 aristas. Es el símbolo de la transformació n, de la forma del universo y del poder masculino. Su elemento es el agua y se asocia con el segundo Chakra llamado Esplénico que se ubica en el ombligo.

El Dodecaedro tiene12 caras pentagonales, 20 vértices y 30 aristas. Es el símbolo de la ascensión, del poder femenino de la creación y la forma madre Gaia, es el quinto elemento: el Ether y se asocia con los Chakras superiores: quinto, sexto y séptimo.

La creación juega transformando de una forma a otra, intercambiando el icosaedro masculino con el dodecaedro femenino, pasando por los otros sólidos geométricos.

Como dijimos anteriormente existen dos espirales: la Áurea y la Fibonacci.

La Áurea es una espiral cósmica, como nuestra galaxia, no tiene principio ni fin. También llamada “la divina proporción”, se basa en el número áureo o phi que tiene un valor de 1,618. Este número se repite indefinidamente en la naturaleza y parece ser un valor creador y ordenador del universo.
Este valor se ha encontrado tanto en un caparazón de un molusco hasta en la estructura de las galaxias. Ha sido utilizado también por muchos creadores y artista para conseguir la perfección: Leonardo Da Vinci, Beethoven en su Quinta Sinfonía, Dalí y muchos otros.

La Fibonacci es una espiral que comienza en un punto determinado y sigue una proyección aritmética, fue concebida por Leonardo Pisiano en 1202, y fue descubierta observando como una proporción se repetía constantemente en el crecimiento de las especies. Esta se basa en la suma de los dos términos anteriores, cualquiera que sean éstos: 1, 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 35…. etc. Si dividimos cualquier número con el inmediato anterior de la proporción, nos volvemos a conseguir con el Phi con un valor de 1.6180339, coincidiendo con la proporción Áurea. Este número es uno de los tres números irracionales de mayor importancia en la matemática y es infinito.

La importancia de las espirales es que éstas representan la energía que genera el corazón cuando ama. Hay un paralelismo entre estas espirales como matrices de expansión de nuestras conciencias y la conexión que se logra con el universo.

Las Figuras Sagradas

La Geometría Sagrada nos ha permitido estudiar cómo las figuras geométricas nos conectan a una red universal de energía y producen armonía y perfección en nuestras vidas.
Pero no sólo los sólidos platónicos como el tetraedro, el icosaedro, el cubo, el dodecaedro, el octaedro y las espirales Áurea y Fibonacci nos permiten conectarnos con esta fuerza creadora del universo, también están otras formas sagradas como son:
La Flor de la Vida, La Vésica Piscis, La Semilla de la Vida o el Huevo de la Vida, El Cubo Metratón, El Árbol de la Vida y La Estrella Tetraédrica.
Cada una de ellas posee una extraordinaria sabiduría y constituyen un eslabón de una estructura compleja donde se genera todo lo existente en el universo.
Revisemos cada una de estas geometrías:

- La Flor de la Vida es la matriz geométrica de donde se genera la creación, es un Mandala de 19 círculos perfectos y entrelazados en forma de pétalos o para ser más específicos de la figura sagrada Vésica Piscis. La Flor de la Vida es la síntesis de la geometría sagrada y de allí parten todos los patrones que la naturaleza utiliza para crear todo lo que existe.
- La Vésica Piscis es una figura poderosísima que se forma al intersectar dos círculos, en el centro se forma como una especie de pétalo. La Vésica Piscis tiene varios contenidos simbólicos ya que su forma se puede leer de muchas maneras. Una de éstos es el de la dualidad o polaridad, el principio masculino y femenino y en su centro una ventana a estados más sutiles del ser, su forma se asocia a la vagina o a los ojos humanos.
- La Semilla de la Vida o el Huevo de la Vida, es el principio del Génesis. Simboliza la fecundación del óvulo y la mitosis de las células. Esas primeras células, se dice, que no se renuevan como lo hacen las otras cada siete años, ellas quedan con nosotros hasta que desencarnamos. En ellas está toda la programación del cuerpo físico. De esta geometría surge la Flor de la Vida como expresión avanzada de la creación.
- El Cubo Metratón es una geometría basada en 13 esferas, en su interior se encuentran los sólidos platónicos y contiene toda la información del universo en él se encuentra todas las infinitas posibilidades que existen en nuestra realidad tangible.
- El Árbol de la Vida es una figura geométrica muy antigua, formada por un tetraedro, un hexaedro y un dodecaedro. Los cabalistas se han dedicada a su estudio. Esta geometría representa las pautas de la evolución. Cada uno de los vértices simboliza un atributo de Dios y también tiene un paralelismo con el sistema digestivo, el endocrino y el nervioso.
- La Estrella Tetraédrica es la estrella de David en tres dimensiones y es la base del vehículo de la luz que impulsa a la Mer-ka-ba para viajar a la cuarta dimensión. Se le llama también “El Sello de Salomón” y se dice que éste aprendió a meditar dentro de esta geometría y de allí provenía su sabiduría.

Todas estas figuras encierran una sabiduría milenaria, cada una de ellas, maneja una información específica que nos permite acceder a nuestra alma y recordar la maestría que habita en nosotros.

2 comentarios:

lali dijo...

Siempre algo nuevo que aprender contigo.....hacia dias que no te lo decia. verdad ?, aunque si te leia....


mil besos

Catalina dijo...

Siempre te visito y me deleito leyéndote porque refuerzas mi Luz.
Te amo y me reconozco en el Uno que conformamos todos.
Te rodeo en un tierno abrazo...